Hoy en día, menos gente que nunca cree en la Palabra de Dios

Mi muy querida y amada hija, que nadie dude de que pueden encontrar la Verdad en el Libro de Mi Padre, la Santísima Biblia. La Palabra está ahí para que todos sean testigos, como lo ha estado durante siglos. La Santa Biblia contiene la Verdad y todo lo que se espera de la humanidad está expuesto en sus páginas.

Todo lo que fue vertido de la boca de los profetas y de Mis discípulos, que fueron guiados por el Espíritu Santo, está contenido en él. La Verdad está contenida en la Palabra, es decir, en el Libro de Mi Padre. Entonces, ¿por qué el hombre cuestiona la validez de la Palabra? Todo lo dado al hombre, por el bien de su alma, puede ser encontrado en la Santa Biblia.

La Verdad es digerida por las almas de diferentes maneras. Aquellos que son almas humildes y que aceptan la Palabra de Dios no la cuestionan. Otros la toman y desechan partes de ella hasta que ya no se parece a la Verdad. Luego están los que nunca aceptarán la Palabra, porque les interesa poco. Ellos ven la Verdad, contenida en la Santa Biblia, como nada más que folklore.

Hoy en día, menos gente que nunca cree en la Palabra de Dios. Aquellos que lo hacen sólo toman secciones que apelan a sus propios estilos de vida y se alejan de las Leyes de Dios, por las que no sienten afinidad. Hoy en día, la Verdad que se enseña no es más que una sombra de lo que contiene la Biblia.

Te hablo ahora de la Verdad por tres razones. La primera es para recordarles la Palabra de la Verdad - que está contenida en el Libro de Mi Padre. La segunda es para reforzar el hecho de que no puedes reescribir la Palabra de Dios. La tercera es para que Yo pueda alimentar a los hijos de Dios con la Palabra de Dios en un tiempo cuando, pronto, será retenida de ustedes. Hago esto ahora a través del Libro de la Verdad, prometido a ustedes a través de los profetas. Si la Verdad no te sienta bien, entonces no aceptas la Palabra de Dios. Si no aceptas la Palabra de Dios, entonces no puedo llevarte a Mi Nuevo Reino y traerte la salvación que te prometí, cuando morí por tus pecados en la Cruz.

Tu Jesús